El final fatal del Clembuterol

Photo: courtesy
Wim Dingemanse

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NINGÚN ATLETA QUE HAYA DADO POSITIVO SE HA SALVADO DEL CASTIGO

Cualquier cantidad se considera sancionable por ser una sustancia exógena al organismo • El consumo accidental se admite a veces pero sólo como atenuante

Todos los deportistas que han dado positivo con clembuterol cuentan con un grave problema a la hora de intentar demostrar su inocencia: esta sustancia es exógena. Es decir, no es producida por el organismo humano, y por lo tanto cualquier cantidad que se encuentre se debe a administración externa. Por eso prácticamente todos los positivos por clembuterol han acabado en sanción.

El clembuterol es un clásico entre las sustancias dopantes. Aumenta la masa muscular, pues es un esteroide anabolizante, y también es broncodilatador. Así, las alegaciones suelen pasar por haber consumido medicamentos inadvertidamente o carne contaminada. Hay que señalar que el engorde de ganado con clembuterol es ilegal en la Unión Europea, aunque se han descubierto redes de tráfico de la sustancia. En Estados Unidos se permite.

El clembuterol fue el causante de uno de los positivos históricos: el de la atleta alemana Katrin Krabbe, campeona mundial de 100 y 200 metros. En 1993 recibió dos años de sanción junto a sus compatriotas Grit Breuer y Manuela Derr. Las tres procedían de la RDA.

También fue el clembuterol la primera sustancia detectada al tenista argentino Mariano Puerta: dio positivo con ella en 2004 y recibió nueve meses de sanción. Tras la final de Roland Garros en 2005 ante Nadal dio un segundo positivo, si bien con el estimulante etilefrina.

El deporte español debe acusar el caso de la vallista de origen nigeriano Josephine Onyia, que dio positivo en 2008. La Federación Española decidió no sancionarla porque la concentración encontrada (0,025 microgramos) era inferior a un microgramo por mililitro cúbico de sangre. La AMA señalaba que por debajo la presencia podría ser accidental. Sin embargo, la IAAF recurrió a la AMA y ésta le impuso dos años de sanción. Onyia alegó contaminación alimentaria.

Sólo un año de sanción tuvo que cumplir el ciclista italiano Alessandro Petacchi: durante el Giro 2007 dio positivo con salbutamol, una sustancia análoga al clembuterol. El último positivo del tenis, el modesto jugador iraní Mohammed Mohazebnia, ha recibido dos años de sanción, la misma que hubo para el eslovaco Karol Beck en 2005.

Lo mismo cayó para el pertiguista griego Stavros Kouroupakis, el saltador de altura bielorruso Aleksey Lesnichiy (2001), el piragüista polaco Adam Seroczynski (2008), la judoka china Ton Weng -2010, alegó contaminación alimentaria pero perdió el título mundial que ganó en 2009- o el haltera australiano Duncan van Rooyen (1999). En algún caso se ha sido más duro, como el del nadador Ouyang Kunpeng, triple medallista de plata en los Juegos Asiáticos de 2006, al que su propia Federación suspendió a perpetuidad. El atleta marroquí Jamal Chabti tuvo un castigo de tres años tras el Mundial de Berlín.

Existen casos con sanciones menores
También ha habido algún proceso no resuelto con tanta dureza, pero tampoco a favor del controlado. Al boxeador argentino Mariano Carrera se le redujo en 2007 una sanción de seis a cuatro meses, pero se le desposeyó del título mundial del peso medio, que le fue devuelto a Javier Castillejo, a quien venció en el combate en el que dio positivo.
La falta de tolerancia con esta sustancia es de tal calibre que, aunque se acepta que en ciertas circunstancias podría llegar al organismo involuntariamente, de momento esto sólo se acepta como atenuante.

En este concepto se le admitió al ciclista italiano Alessandro Còlo que pudo haber consumido carne contaminada en México, pero aun así, fue sancionado por un año. También se le admitió a la nadadora Jessica Hardy, si bien ésta alegó haber consumido un complejo vitamínico. Hardy recibió otro año.

Con esta base, una corriente médica opina que debería establecerse una concentración mínima de clembuterol en la sangre para sancionar, dado que no es viable analizar la carne antes de su consumo. Pero de momento, la presencia de clembuterol en el organismo supone sanción.

Una sola excepción hay a las sanciones por el uso de clembuterol, si bien el caso aún no está resuelto: el caso del jugador de tenis de mesa alemán Dimitrij Ovtcharov. Éste dio positivo en un control fuera de competición en Alemania realizado el 22 de agosto. La víspera había llegado de China. Se le encontraron 75 picogramos de clembuterol por mililitro, más que a Contador.

Ovtcharov adujo que había comido carne adulterada en China, una zona donde según las estadísticas la carne con clembuterol no es infrecuente. Según un estudio de Wilhelm Schaenzer, el director del Laboratorio de Colonia, donde se examinó su caso y también el de Contador, hasta de un 20% es la posibilidad de encontrar carne contaminada en China. Como era el único control que había pasado —Contador pasó ocho en la semana de su positivo— aportó como prueba un análisis capilar cuyos resultados fueron negativos.

La Federación Alemanay la Internacional exculparon a Ovtcharov, a expensas de que la Agencia Mundial Antidopaje reciba el informe y decida acudir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) o acatar la resolución, algo que se antoja poco probable.

Si la AMA contempla esta posibilidad, la caja de Pandora puede abrirse por la discriminación que supondría para otros casos ya juzgados. La fe en la inocencia del joven de 22 años es tal por parte de la Federación Internacional de Tenis de Mesa, que sy presidente Adham Sharara, se ha reunido la Federación China —con mucho peso en ese país— para que transmita a su gobierno que tiene que atajar el clembuterol en su carne.

De momento, y ya han pasado 24 días desde el fallo, la AMA asegura que el informe aún no les ha llegado y que después verán. De todos modos, decida lo que decida ya es un proceso histórico, pues si acude al TAS, sería la primera vez que lo hiciera sin el apoyo de la federación internacional correspondiente.


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