Amstel Gold Race

Philippe Gilbert gana el Amstel Gold Race

El belga Philippe Gilbert (BMC Racing) se ha anotado su tercer triunfo en la Amstel Gold Race, la clásica de 251,4 kilómetros y 34 breves ascensiones que se desarrolla desde 1966 en la provincia holandesa de Limburgo. Alejandro Valverde fue cuarto y Daniel Moreno, noveno.

Joaquím Purito Rodríguez se cayó en la primera parte de la carrera y fue hospitalizado para realizar pruebas que no encontraron fracturas de costilla, como se temía. Sólo hematomas que incluso podrían permitirle participar el miércoles en la Flecha Valona, según esperan en su equipo, Katusha.

Gilbert arrolló al resto de los favoritos en la última de las cuatro subidas al Cauberg. Cuando faltaban poco más de dos kilómetros para la meta, el valón demarró como ya había hecho en sus anteriores triunfos en la clásica y en el Mundial de Valkenburg 2012, cuyo final era idéntico al de la Amstel 2014.

La prueba fue un magnífico 'thriller' con final conocido. La escapada prácticamente de salida congregó a Riblon, Belletti, Boem, Ligthart, Lutsenko, Lang, Marycz, Mohoric, Van Hecke y Vanlandschoot. Llegó a contar con más de 10 minutos de ventaja y no murió hasta pasada la penúltima subida al Cauberg, donde ya se unieron en la batalla nuevos corredores al impulso de Voeckler: Fuglsang, Stybar, Wellens, Weening y Van Avermaet.

Todavía quedaban por delante los descomunales Riblon y Van Hecke, a los que se unieron Van Avermaet y Fuglsang para formar el cuarteto que terminó por ceder a solo siete kilómetros de la meta.

La labor incansable de Van Avermaet, que ya exhibió su fortaleza hace dos semanas en el Tour de Flandes, permitió que Gilbert y sus hombres del BMC vivieran con tranquilidad los últimos kilómetros.

El Omega Pharma de Kwiatkowski trabajaba en cabeza, junto al Orica. Valverde, tras la última ascensión al Geulhemmerbergen de Gorka Izagirre en cabeza del grupo, se había quedado solo ante la última subida a Cauberg. Y eso que el pelotón era muy numeroso para llevar ya casi 250 kilómetros y más de seis horas de esfuerzo. Faltaban tres kilómetros decisivos, a pedir de boca para un espléndido BMC.

El ataque de Samuel Sánchez en el último Cauberg anticipó el decisivo zarpazo de Gilbert, que se fue como quiso pese al intento de Simon Gerrans por neutralizarlo. Valverde dejó hacer al australiano y después, con el belga ya desatado hacia su tercera Amstel, Kwiatkowski aceleró sin rumbo ni fe. La suerte estaba echada.




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