Vuelta al Pais Vasco

Photo: courtesy
Wim Dingemanse

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Alberto Contador, siempre unido al uno
El ciclista de Astana vuelve a ser señalado como favorito para ganar la Vuelta ciclista al País Vasco. Los Sánchez, Samuel y Luis León, junto a Cunego tienen opciones serias para el podio. Carlos Sastre, Cadel Evans y Frank Schlek, las alternativas.

BENITO URRABURU

San Sebastián. DV. Alberto Contador y el número uno continúan manteniendo un idilio que en la Vuelta al País Vasco no se va a romper, no al menos hasta el sábado, cuando la contrarreloj de Zalla marque el epílogo de una carrera en la que su nombre aparece sellado con la palabra triunfo.

Una llegada en alto, al Santuario de Arrate, y la contrarreloj final de veinticuatro kilómetros, hablan de un diseño que parece fijado para que pueda lucirse en las carreteras vascas un ciclista que logró el doblete Giro-Vuelta a España en 2008.

Sube más rápido y ha mejorado sus prestaciones contra el crono gracias a su trabajo en el túnel del viento. Contador es una esponja que absorbe todo lo que le resulta positivo, beneficioso para sus intereses.

Su carrera se mueve por un surco que apenas sufre variaciones en cuanto a competiciones. Llega a la Vuelta al País Vasco con suficientes adornos en su palmarés como para estar tranquilo.

Su problema, su ventaja, es que es un ganador, que ayer aprovechó para ver el final, complicado, del estreno de la carrera en Ataun, con un embudo de carretera que generará problemas.

Alimentar su energía

Quiere volver a ganar una general. La París-Niza no le vio finalizar de amarillo. Dio igual, puesto que salió fortalecido en todos lo sentidos de esa prueba. En Castilla-León demostró que la ambición también puede disimularse bajo el manto del trabajo.

No piensa en Lance Armstrong, ni en Levi Leipheimer. Ese capítulo de su vida está aparcado. A los 26 años sabe que el futuro es suyo, que el tiempo juega a su favor. Piensa en él, en alimentar de energía positiva a un líder cada vez más asentado, sólido y firme.

Contador sabe que todo, con matices, juega a su favor. ¿Quiénes le pueden hacer frente en las carreteras vascas? Si hay algo que tiene esta carrera son nombres, que confluyen en distintos momentos de su temporada, con objetivos diferentes. Algunos están llegando al final de su primer ciclo de forma, como el propio Alberto Contador y Luis León Sánchez. Ahora tienen por delante un par de meses de descanso activo.

Damiano Cunego dominó en la Semana Coppi&Bartali y piensa en las clásicas. El líder del Lampre es uno de esos ciclistas que va a estar delante, con los primeros, sin hacer mucho esfuerzo.

Samuel Sánchez, el campeón olímpico, debe de alimentar los egos de su equipo, Euskaltel-Euskadi, que necesita brillar en su territorio. Han centrado toda la primera parte de esta campaña. en la que se les resiste la general, a pesar de que han sido protagonistas siempre.

Por si toda esa constelación de nombres no fuesen suficientes, podríamos hablar de los hermanos Frank y Andy Schleck, del cántabro Juan José Cobo, que ganó hace dos años, del australiano Cadel Evans, del mallorquín Toni Colon o del holandés Robert Gesink. Estos dos últimos corredores le tienen unas ganas especiales a la prueba.

Controlar la manija

Mención aparte merece Carlos Sastre. Un ganador del Tour de Francia siempre es una garantía. Sastre está a un mes del Giro de Italia, una carrera que quiere hacer bien.

Las carreteras de Euskadi no son el mejor escenario para sus cualidades como ciclista, con puertos cortos de kilometraje, explosivos, muy repetitivos. Sastre sabe que su estado de forma debe de subir muchos enteros cuando llegue el sábado. Por eso no se va a descuidar.

Estamos ante una carrera que consigue unir a los mejores ciclistas del mundo con un nivel medio de participación muy alto. Una mezcla que termina por reflejarse en lo que nos ofrece la prueba día a día.

Hay dos etapas que sobresalen por encima de las demás, Arrate y Zalla, pero no conviene desdeñar las otras cuatro. Hace tres años Alberto Contador y Samuel Sánchez eran los favoritos en esa misma contrarreloj y surgió Ángel Gómez Marchante, de forma sorpresiva, dando un vuelco total a la general.

Desde el inicio estamos ante un día a día de trampas, en el que los errores se van a pagar. En seis jornadas el margen de maniobra se reduce de una forma importante. Está limitado.

Queda por ver la esencia misma del ciclismo, lo que supone este deporte en cuanto a compromiso. ¿Va a esperar todo el mundo a que el equipo Astana coja la responsabilidad desde el primer día?

Si eso sucede, los riegos que va a correr la carrera resultan incontrolables. Es difícil saber lo que pasa por las cabezas de los directores de los equipos que están en la carrera. Cada formación, cada líder configuran un mundo aparte en el que priman los intereses particulares en primer lugar y los generales, más tarde.

Astana ya sabe lo que supone que el trabajo se le acumule. Le sucedió en la París-Niza. No tuvo problemas en Castilla-León, pero hablamos de problemas y de situaciones muy distintas. Tener que dividir un grupo de hombres en tantos frentes arroja situaciones que no se pueden solventar con facilidad. Juntar un bloque resulta problemático cuando se va a tener líderes para los que trabajar en Giro, Tour y Vuelta.

Controlar la manija

Lo normal es que un grupo de equipos piensen que si la carrera se mece con una relativa tranquilidad eso les pueda venir bien para llegar a la contrarreloj en segundos, con una cierta comodidad.

Hay un matiz que cambia esta Vuelta al País Vasco con respecto a las de las últimas ediciones: es la llegada a Arrate, en la tercera etapa. Habrá descartes, sino definitivos, sí importantes, lo que nos lleva directamente a ver la comodidad de muchos grupos para tratar de sorprender a quienes parten con ventaja, al menos inicialmente, en esa ascensión.

Hace ya tiempo que la Vuelta al País Vasco se rige por una regularidad a la hora de moverse que no sufre variaciones. Se ha anulado mucho la capacidad de sorpresa que debe de tener el ciclismo.

Hay veinte equipos, pero no veinte ganadores. Es más, la lista, siendo generosos, no llega a los diez nombres. Hay muchos que piensan en otras cosas. Esa forma de afrontarla es lo que terminará por condicionar la prueba.

Por eso es difícil escaparse de nombres como los de Alberto Contador, Luis León Sánchez, Samuel Sánchez, Damiano Cunego, Robert Gesink o Toni Colom. El resto de participantes tendrá que demostrar que son capaces de hacer frente a una carrera en la que el condicionante del tiempo influirá de forma llamativa.

Lo que sí puede decir la Vuelta al País Vasco es que el escaparate que presenta es de joyas preciosas, con quilates.


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