San Juan

Clausura de San Juan : OSCAR VILLALOBO GANÓ EN LA BEBIDA


A casi cuatro años de su último triunfo, logrado el 2 de abril de 2006, en el mismo circuito, Oscar Villalobo, demostró que cuando hay calidad no interesa la edad. Es cierto que han pasado los almanaques y que está más grande, que cada vez le cuesta más encontrar la forma física y que sus tiempos no suelen ser los mismos que los de ciclistas mas jóvenes, pero también es verdad que cuando se pone energía y empeño en pos de conseguir un objetivo, a la larga o a la corta esa meta se consigue. Ayer, en La Bebida, el mismo lugar donde había festejado su última victoria, "El hijo del viento", demostró que todavía sopla.

La última carrera del calendario de la temporada 2009/2010 contó con un pelotón de 56 ciclistas, hubo muchas ausencias pero también gran cantidad de ciclistas jóvenes llenos de ganas y hambre por lograr su primera victoria, como Víctor Arroyo (Agrupación Virgen de Fátima) que culminó segundo.

El único de los equipos que se presentó completo a la última cita fue Forjar Salud/UOM, estuvieron incluso los hombres que fueron a correr en Mendoza, como Emanuel Saldaño y Sergio Aguirre. Por ese motivo los "metalúrgicos" cargaron con el peso de la carrera. En cada fuga había un par de sus hombres, hasta la octava, de 15 vueltas, cuando el menor de los hermanos Villalobo, José Luis, se mandó a mudar y llegó a tener una diferencia que superó el minuto y medio.

Los hombres de Pocito que estaban presentes, Vicente Ochoa y José Luis Font y los "piqueteros" que estaban en carrera, tal el caso de Pedro González y Arroyo y Emiliano Ibarra encabezaron la persecución que tuvo sus frutos apenas el menor de los hermanos zondinos había entrado en la última vuelta.

Allí cuando los persecutores se tomaron un respiro, pegó el salto Oscar, fue en la bajada de la diagonal a calle Morón. En ese momento cuando a sus rivales más les pesaban las piernas y se les había nublado la razón apareció la lucidez de quien supo de muchos momentos felices, que se hizo inalcanzable por sus ganas y porque el público lo empujó con su aliento.


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